Maru, de Argentina a Málaga, sola


En mis 33 años no había viajado nunca fuera de mi país, Argentina, y para fin de año de 2018 había decidido hacer un primer viaje nada más que a Europa, y sola. 

Mi familia no lo entendía, pero quienes me apoyaron fueron los que, a pesar de mis miedos, desconfianza y dudas, estuvieron ahí alentándome a realizarlo. 

Planifique un viaje de 2 meses por varias ciudades y países. Comencé a preguntar a viajeros a través de Instagram sobre sus experiencias, pedí consejos, visite blogs, guarde miles de paginas relacionadas en el móvil, arme un presupuesto, descargue apps para reservar hostels, viajes en bus, y cuando llego el día, sola con mi mochila, me subí a un avión que me dejaría en Madrid donde comenzaría mi aventura. 

Cómo suele pasar, nada sale como uno lo espera, los planes se tuercen, cambian, normalmente para mejor. Al llegar a Valencia, mi segunda parada, solo me quede una noche, cancele el resto del hospedaje. La ciudad y la lluvia no me habían recibido como esperaba, y al otro día seguí viaje. Así, ciudad a ciudad, me fui dando cuenta que al viajar sola tenia el poder de decidir, qué si no me sentía a gusto en un lugar, podía cambiar un billete de autobús y seguir al próximo, o incluso cambiar de destino. Hubo sitios en los que me quede todo el día en el sofá del hostel leyendo, otros en que me patee tanto la ciudad que me dolían los pies. En Alicante conocí amigos que al día de hoy conservo, una de ellas vive en Londres, y no dudó en invitarme a hospedarme en su casa cuando pasara por allí en mi plan de viaje, así que solo tuve que cambiar un par de fechas en mis planes que me permitieron, luego de pasear por Roma y Paris, pasar por su ciudad y con ella de guía. 

Son esos amigos que te regala el viajar, esas oportunidades qué hay que aprovechar, aunque no entiendas ni el idioma como es mi caso. 

En Málaga conocí a otra amiga, una brasileña que al día de hoy es mi vecina. Con ella planeamos tantas cosas, que todavía no puedo creer haberlas cumplido. 

El viaje siguió a Dublín, el lugar por el que había planificado todo en un primer momento. Lugar que me enamoro por sus colores, su música, su gente y paisajes. Regrese a Madrid la ultima semana, para finalmente conocer la ciudad, y de allí volví a casa pero sabiendo que quería volver a España, esta vez para quedarme. 

Esos dos meses me supieron a poco y se me pasaron rapidísimo. Fue un viaje revelador, ese que necesitaba para salir de la burbuja en la que vivía, con mi rutina y monotonía. Fueron 9 aviones, mas de 20 autobuses, diferentes metros, en diferentes idiomas, y kilómetros y kilómetros andando. Fue pasar por calor, frío, humedad, lluvia, playa y montaña.

Cuatro meses después de mi regreso a Argentina, volví a subirme a un avión con dos maletas, para instalarme definitivamente en Málaga, nuevamente sola. 

Maru en su visita a Londres
Maru en su visita a Londres

No hace falta explicar que para muchos era una valiente, y para otros una demente. Pero aquí lo que importa es lo que siente uno, y yo sentía que podía, que quería, y que lo necesitaba. No puedo decir que haya sido fácil, todo proceso, lleva una adaptación y yo aun estoy en ello,. Pero estoy aquí hace mes y medio, viviendo la ciudad, y segura de que este cambio ha sido para mejor, que realizar ese primer viaje sola me abrió las puertas a un mundo que yo al menos, en mi burbuja, no conocía. Que la solidaridad que existe entre los viajeros es increíble. Que a través de apps como Couchsurfing he conocido personas maravillosas con las que compartí unas tapas en Sevilla, una tarde de aventuras en Ronda o un espectáculo de luces en la Torre Eiffel en Paris, y todas y cada una de ellas no solo fueron increíbles, sino que me hicieron romper prejuicios, esos que seguro todos tenemos con lo que no conocemos. 

Cuando miras un mapa en el metro, alguien se acerca para ayudarte. Cuando pedís un café en un nuevo lugar, te preguntan de donde sos, hacia donde vas, como te sentís. Cuando te ven con el móvil parada en una esquina y girando en redondo para que el muñequito vaya recalculando la ruta, no dudes en que alguien te preguntara si necesitas ayuda, incluso te acompañaran al destino. 

Deshacerte de los miedos es lo más difícil, nos vienen arraigados, pero romper la burbuja para perseguir tus sueños, es de lo mas liberador.

Puedes encontrar a Maru en su Instagram @marubrujaf y preguntarle todo lo que quieras.


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¡No dejes de vivir aventuras por el hecho de viajar sola!

¡Hagamos de esta situación toda una experiencia de vida!