Visitar Lisboa en 24 horas


Si tuvieras que viajar sola y elegir entre Lisboa y Oporto, quédate con la segunda. Lisboa no ha sido uno de los destinos que más me ha gustado, pero para pasar 24 horas y conocer la ciudad no está mal. Eso si, ¡ve pensando que vas a hacer ejercicio!. En Lisboa hay 7 colinas, en un intento de copiar a la ciudad de Roma, así que estarás todo el día de arriba para abajo. Pero tiene su lado positivo: podrás comer más pasteles de Belem :)

Es una ciudad con un rollo decadente y es conocida por sus grafitis callejeros, que son autenticas obras de arte urbano. 

Como dato importante: si llegas en avión al aeropuerto de Lisboa, tienes un autobús, el Aerobús, nada más salir a mano derecha. El billete son 4 euros y tiene una validez de 24 horas, y podrás bajar en la Praça do Comercio o Plaza del Comercio. Con el mismo ticket, tienes un descuentos del 10% en el bus turístico de la ciudad, aunque teniendo las líneas de tranvía, no lo recomiendo. Si por el horario, no pudieras coger el autobús, un taxi al centro de Lisboa te cuesta unos 7 euros, que no es mucho.

Desde la Plaza del comercio empezamos el tour:

La Plaza del Comercio es la antigua entrada a la ciudad de Lisboa presidida por la estatua de Dom José I, que nos vigila desde su caballo.

Si pasamos por el arco del triunfo, entraremos en la zona centro del barrio A Baixa. Si sigues caminando por esa calle, a tu izquierda, podrás ver el elevador de Santa Justa. La entrada para subir al mirador son 5 euros, y la espera de una hora. Si quieres subir que sea tempranito, y si no, tienes un puente que conecta con el convento de Santa María, dónde tuvo lugar la revolución de los claveles, desde el que tendrás una vista panorámica gratuita de la ciudad. 

Desde el elevador Santa Justa, sigue hasta la Plaza del Rossio. Como dato curioso, si te fijas en ésta plaza, el empedrado del suelo hace forma de olas. Esto se debe a que antiguamente concurrían en la misma plaza dos ríos. 

Saliendo desde la plaza, podrás llegar a la Iglesia de Santo Domingo. Una Iglesia peculiar ya que no tiene elementos arquitectónicos ni vidrieras. No me gusta mucho visitar las Catedrales, pero ésta, por su historia, merece la pena visitar su interior.

Desde aquí dirígete a la Plaza Dom Duarte y desde la plaza, a la izquierda, hay unas escaleras mecánicas ¡sube!, y al llegar arriba, hacia la izquierda, llegarás hasta el antiguo lavadero del barrio Mouraria o Morería. Y desde aquí, por hermosas callejuelas, podrás llegar hasta el Castillo de San Jorge, en el que podrás pasear por sus jardines y conocer su historia.

Y como todo  lo que sube, baja, ahora toca descender hasta la Catedral de Sé, la catedral más antigua de Lisboa, pasando por el Mirador das Portas do Sol y adentrándose por las calles del barrio de Alfama, para poder fotografiar a los tranvías :) 

Desde la Catedral de Sé, vuelta a la Plaza del comercio, desde dónde podrás dirigirte hacia Pink Street, o la calle Rosa, y visitar el Mercado da Riveira, dónde podrás hacer una parada para comer y repostar.

Una vez vistos ambos, para ir hacia la Torre de Belem, que está un poco alejada del centro, hay que coger un autobús, el tranvía número 15 o un barco hasta la Estación Fluvial de Belém. Aquí podremos ver; el Monasterio de los Jerónimos, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1983, (y no es de extrañar, ¡es precioso!) y la Torre de Belem, que fue construida como edificio defensivo, y más tarde pasó a convertirse en faro. Existe el billete combinado de 10 euros para visitar el claustro y la Torre.

Y además, en ésta zona, podrás ver el Monumento a los descubrimientos, de 52 metros de altura, el cual alberga un mirador. El precio es de 5 euros.

*Para ver el Monumento a los descubrimientos y la Torre de Belem, hay que cruzar al otro lado accediendo por un paso a nivel subterráneo. 

Y para terminar la visita degustar los originales pasteles de Belem, encontrarás una larga fila de gente en la calle Rua de Belem Nº 84, una pastelería donde solo ellos conocen la receta de tan popular dulce.


¡Anímate a visitar Lisboa "sola"!